De mala hostia
Sí, lo admito. No siempre uno está de buena uva.
Tengo un día de esos en los que no sé si prefiero reconocerme enojada con el mundo, aceptarlo y "disfrutarlo", o mandar todo a tomar por culo.
¿Qué hay una razón?, claro que hay una razón!. Estuve tres días sin luz -y no porque no la haya pagado- si no porque se incendió una subestación eléctrica y el apagón fue total en toda la ciudad...y estamos en verano, y hace calor, y no podés comprar nada porque todo se te pudre en la heladera, y no podés lavar ropa, y no hay ventilador que valga (obvio!) ni abanico que soporte semejante osadía de ejercicio, y sudás, y te calentás, y puteás contra todo y contra todos, y sale la gente al balcón y a las calles al mejor "argentinian style" a cacerolear!!!...(qué manera de sembrar costumbres por el mundo que tenemos, eh?)
Y es que hoy he vuelto a la vida porque ha vuelto la luz, pero tengo una mala hostia acumulada que me quería descargar.
Ahhh....he dicho.